Con gran indignación e impotencia veo cómo la SAT incrementa, sin justificación alguna, el precio del pésimo servicio que brinda; la factura que aboné en el curso del corriente mes ascendió a $ 11.759,40 y me llegó la factura cuyo vencimiento operará el 11/11/24 por $ 24.461,27, nada más ni nada menos que con el 108% de aumento. ¿Quién controla el accionar de dicho organismo? ¿Quién nos resguarda de tan significativo abuso?

Julio Antonio Esper                                                               

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